La fosa de Herrera de los Navarros se encuentra situada en el interior del cementerio de la localidad y contiene los restos de 26 vecinos del pueblo que fueron asesinados por milicianos republicanos en el transcurso de los dos primeros años de la guerra. Entre las víctimas se contaron los cuatro miembros de la familia del alguacil del pueblo, asesinados porque el hijo mayor había huido a la zona rebelde. A decir de los informantes, los crímenes fueron obra del mismo grupo armado que asesinó a 18 vecinos del cercano pueblo de Luesma, grupo que habría estado formado en buena parte por vecinos de la propia Herrera de los Navarros.

La fecha de los acontecimientos es aproximada.

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados en la localidad: Según los informantes consultados ningún vecino fue asesinado por los sublevados en el término de Herrera de los Navarros cuando la zona cayó en sus manos, pero un buen puñado de personas procedentes del pueblo fueron ejecutadas tras los consabidos consejos de guerra durante los primeros años de la posguerra. Entre ellos podemos mencionar a Gregorio Cariñena Gonzalvo, Jesús Guillet Jimeno, Arsenio Sancho Navarro, Antonio Valién Bernal, Nicolás Marzo Mainar, Gregorio Ferrer Fañaras, Mariano Pérez Serrano, Constantino Guillén Esteban, Conrado Langa Valiente, Miguel Pérez Oliván, Isidro Pérez Soriano, Modesto Zarazaga Zarazaga, Gregorio Royo Vázquez y Gregorio Moliner Juan.

Otras víctimas de la guerra en la localidad. En el cementerio de Herrera todavía pueden verse las sepulturas de algunos de los jóvenes del pueblo muertos en combate junto a los rebeldes, muchachos como Gregorio Corzán Felices, Jerónimo Bernad López o Manuel Guillén Mainar.